viernes, 18 de marzo de 2011

Gilberto Giménez y Bonfil Batalla.

Gilberto Giménez y Bonfil Batalla.

Juan M. Fernández Chico.

Maestría en Ciencias Sociales.

Comencemos con Bonfín Batalla, quien parte desde una tradición de enfoque que busca ver desde lo indígena y propio en las sociedades de América Latina. No se trata sólo de un capricho histórico o una reivindicación de los pueblos latinoamericanos, sino la punta de lanza de su propuesta sobre los acercamientos y estudios de la cultura.

Hace un breve recorrido histórico y disciplinar sobre los estudios de la cultura (funcionalismo, sociedad dual, marxismo), para remarcar que sólo pocas teorías hacen énfasis en la tradición colonizadora en América Latina, lo que nos permite, dice el autor, pensar en adjetivos que especifican y permiten operativizar los conceptos (cosa que también hace Giménez en el último apartado de su libro), como son: cultura de masas, cultura de la pobreza, cultura popular o cultura subalternizada. No niega los modelos occidentales, pero cree que se debe adaptar a las condiciones locales.

Y parte de esto se ve reflejado en las políticas culturales, en las cuales también se detiene para explicar qué son y sus retos. Parte del uso común, que son un amalgama de programas que difunden y promocionan actividades artísticas y de patrimonio, pero que necesitan integrar los elementos del indigenismo para profundizar y socavar la tradición precolombina.

Pero la aportación que más ha encontrado eco son las categorías sobre la cultura ajena y la propia, ya sea si una cultura hace uso de elementos propios o ajenos, y si parte de las decisiones de usarlos corresponden son propias o no. Con estas categorías, Bonfíl Batalla nos dice que si una cultura crea sus propios elementos y toma decisión de ellos, es autónoma, mientras la que no incide en ninguno de los dos, es impuesta. Esto como parte de su argumentación sobre el control cultural, y cómo la cultura no es algo neutro, que surge de manera natural y sin intereses, sino que tiene una extirpe marxista (con mayor precisión, gramsciana) que dice que existen mecanismo de dominación e imposición. Recordemos que Bonfíl Batalla introduce con fuerza el término de cultura subalterna, haciendo énfasis en la peculiaridad del conflicto que tiene con la cultura dominante.

Mientras que Giménez, en su capítulo sobre la investigación cultural en México, retoma la discusión de Batalla sobre el uso de adjetivos dentro de las concepciones de cultura para volver más descriptivos y prácticos

Hace una revisión breve de trabajos sobre cultura en México, destacando que existen rezagos importantes reflejados en la escasa innovación científica, las cuales no deben ser achacadas exclusivamente a las decisiones internas, sino a factores que han influido desde el exterior.

Destaca tres factores principales en México: la crisis fiscal que no permite una buena inversión en el desarrollo cultural y científico, el control burocrático que no permite un pleno desarrollo de la investigación, la cual siempre se toma con obstáculos políticos, y la crisis institucional de las ciencias sociales que parece ser el tema eterno y la discusión permanente en las ciencias sociales.

Sus propuestas son muy definitivas: desarrollo a la ciencia y apuesta a la formación científica.

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