lunes, 7 de marzo de 2011

Cultura y Hermenéutica

Todo inicia de una preocupación esencialmente de la antropología, una necesidad de comprender ¿Cuál es el significado de las costumbres extrañas y aparentemente incomprensibles observadas en sociedades diferentes de la nuestras? Tratándose del universo simbólico, existen métodos de descripción y de análisis de los hechos de sentido que, si bien no permiten por sí solos reconstruir o proyectar sentidos en forma sintética y global, por lo menos fundamentan y preparan metodológicamente la fase interpretativa final, haciéndola aceptable y defendible. Toda interpretación implica interpretar lo ya interpretado en otros niveles o instancias. Es aquí donde la hermenéutica tiene un papel muy importante: traducir la autointerpretación espontánea de la cultura a un lenguaje de otra interpretación. Comprender una cultura es también, y sobre todo, mirarla desde una posición excéntrica o, mejor, desde una cultura diferente. La interpretación de una cultura resulta siempre un diálogo entre dos culturas, la cultura observada y la cultura observante, sea o no consiente de ello el intérprete observador. La relación intérprete-interpretación se considera compleja y cada caso responde a muy variadas finalidades, condiciones y situaciones, lo que plantea multitud de cuestiones y problemas. Los problemas de interpretación se entienden mejor si se especifica el contexto o marco en el que se hace dicha interpretación. Por ejemplo no existen los mismos problemas en la interpretación de unas observaciones científicas, que en la interpretación de algunos aspectos culturales. Dada la variedad de campos en los que aparece la necesidad de interpretación, parece necesario hacer una clasificación de ámbitos fundamentales de interpretación La interpretación se propone fundamentalmente reconstruir la dimensión referencial de las formas simbólicas (qué es lo que se representa y lo que se dice acerca de lo representado). Las culturas populares tradicionales tendrán que ser analizadas de ahora en adelante bajo la hipótesis de que la sociedad contemporánea se caracteriza por la tendencia a la homogeneización cultual. La vocación esencial de la antropología interpretativa no es dar respuestas a nuestras preguntas más profundas, sino darnos acceso a respuestas dadas por otros, que guardaban otras ovejas en otros valles, y así permitirnos incluirlas en el registro consultable de lo que ha dicho el hombre.

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