domingo, 13 de marzo de 2011

“El asa”

Partiendo de la comprensión de la cultura como las prácticas y hábitos de los seres humanos en la sociedad, cabe hacer un análisis de los objetos que forman parte de la misma cultura, objetos que de manera convencional tienen un significado que muestra las cosas por su funcionalidad.
“El Asa“, de Georg Simmel, en efecto, nos habla de la cultura interiorizada y la objetivada, precisamente en la metáfora que hace del asa de una taza, presenta los elementos necesarios para entender las diferentes culturas.
Aun considerados como cosas simples, las tazas y otros tipos de objetos que por su función sean considerados comunes, son el resultado del alma subjetivada y el producto espiritual objetivo. Es decir, todo objeto surge de una idea y con una finalidad específica.
Y es precisamente cuando el objeto está creado y es apropiado por la sociedad, cuando adquiere a demás de su funcionalidad otro valor, el simbólico, mismo que cada sociedad o clase social le otorga.
El asa, que cumple con la función de ser el sostén de una taza, separado de ella su función se limita o es nula, sin embargo en conjunto con el objeto taza, tiene una connotación diferente. Precisamente es lo que sucede con los elementos de cada cultura.
De esta manera podemos decir que, una taza es como un grupo social y un asa como un ser humano que es el complemento de la sociedad en el que su función es crear y reproducir la cultura, la cual dependiendo del tipo de taza al que se adhiera, interpretará y resinificará los signos y elementos culturales.

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