Si adoptamos la concepción simbólica de la cultura, nos enfrentamos entonces a una dificultad considerable: la hermenéutica cultural. En el texto, Giménez señala el anterior planteamiento, además de indicar los problemas metodológicos que éste trae consigo. Así pues, la cultura entendida como procesos y estructuras de significación se presenta también como un texto dispuesto a la libre interpretación: he ahí que la posible pérdida de objetividad tiene lugar.
De manera que, según Giménez la interpretación cultural no debe considerarse en un sentido simple, sino que deberá ser la interpretación de una previa autointerpretación. Es decir, se trata de llevar la descripción a otros niveles de interpretación que tratarán dar una explicación cabal de los elementos esenciales que integran a la cultura estudiada.
A mi entender, el problema reside en que la investigación cultural se caracteriza en su mayoría por la falta o la errada aplicación de métodos de descripción fiables (por ejemplo, la semiótica mencionada por Giménez). Los trabajos se vuelven la compilación de descripciones de manifestaciones de la cultura desde el punto de vista del investigador o de los investigados. La transferencia de estas interpretaciones preliminares a un segundo nivel no siempre se llevan a cabo con éxito, debido a la ausencia de un método que estructure y le de forma al proceso.
Creo que la hermenéutica profunda de John B. Thompson propuesta por Giménez es una buena opción para solucionar el problema metodológico, aunque no sea la única. Su multilateralidad y su carácter sistemático son características deseables que podríamos buscar en otras propuesta de análisis.
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