A lo largo de la historia moderna ha habido un complejo juego de variaciones acerca de la concepción de cultura. Su capacidad de transformarse de acuerdo al tiempo y el espacio ha permitido estas grandes revueltas entre los estudiosos de la cultura y del entorno social.
En el texto “La Dimensión Cultural de la Vida Social” de Bolívar Echeverría, trata de explicar lo que parece estar debajo de las transformaciones del concepto “cultura”. Esta dimensión cultural presente en la sociedad que tiene efectos en la realidad social y en el acontecer histórico; es lo que resulta interesante en la propuesta de Echeverría.
Al paso de los años y el devenir de la revolución tecnológica, la sociedad ha experimentado una diversidad de cambios en su comportamiento, formas de actuar que son puras manifestaciones culturales, lo cual representa para los culturólogos un complejo trabajo en la definición exacta de la cultura.
Puede verse entonces, que la dimensión cultural de la existencia social no sólo está presente como factor decisivo en los comportamientos colectivos e individuales en el mundo social, sino también puede intervenir de manera decisiva como proceso de construcción histórica.
En la modernidad, el concepto de cultura es producto de constructos meramente influidos por el sistema capitalista y la sociedad globalizada. Influencia mediática también existe; el trabajo que los medios de comunicación masiva realizan muestran la capacidad integradora a nuevos modelos culturales o tendencias inclinadas al valor mercantil de los objetos.
Los tiempos contemporáneos no bien simplemente la destrucción de “culturas tradicionales”, el sometimiento de “culturas populares”, la imposición de la identidad de las naciones imperialistas, sino que se trata de una revolución cultural larga y profunda que socava la identidad cultural de la sociedad a la que pertenecemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario