En este texto, Giménez da cuenta del recorrido histórico en el que el concepto de cultura se ha ido vinculando con las costumbres; luego, con los modelos de comportamiento; y finalmente con lo simbólico. Y es en esta última fase simbólica dónde centra su reflexión.
Desde la visión simbólica, la cultura puede ser definida como las “estructuras de significación socialmente establecidas” (Geertz en Giménez, 2007, p. 27) , es además, vista como un texto escrito por los nativos. Esta idea abre entonces múltiples caminos de aproximación a lo que puede considerarse cultura.
Así pues, podemos decir que la cultura se construye a partir de significados compartidos. En esta dirección, es posible entender la cohesión social en razón de la colectividad de la producción de la cultura. Es decir, mientras más individuos compartan los mismos sistemas de signos que a su vez provean de significados comunes a sus prácticas sociales, el consenso y sentido de pertenencia serán mayores.
Entonces, tal como lo plantea Giménez, la cultura se convierte en un arma. Será posible destruir, unir o modificar una sociedad si se alteran sus sistemas de significación, la forma en que se producen y reproducen las “formas simbólicas”. De manera que, los grandes cambios sociales y transformaciones culturales suscitados en el recorrido histórico han partido de modificaciones en las formas de significar el mundo. Por ejemplo, la introducción de los preceptos de libertad, igualdad y fraternidad que fueron el motor de la revolución francesa y de los posteriores modificaciones sociales y culturales.
En estos términos, la cultura se mezclará con la comunicación. Giménez habla de la cultura como trasversal y ubicua, pero es posible identificar su presencia (entendida como proceso simbólico) en la medida en que su materialización resista el paso del tiempo. En el mundo social no todo es cultura, así como no todo es historia o comunicación. Aquellos objetos, acciones y hechos, que surgen de “lo simbólico” y que permanecen inscritos (en mayor o menor medida) en las estructuras sociales a pesar del paso del tiempo constituyen aquello que podemos nombrar cultura.
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