Signos, signos, signos |
En el texto el autor plantea la manera en que se llegó a establecer una perspectiva diferente de estudiar la cultura: la simbólica. La producción simbólica viene a situarse en el centro de las culturas porque permite pensarla y dimensionarla más allá de la mera etnografía, como alguna vez llegaron a plantear en la Antropología.
Lo que vale la pena estudiar dentro de esta perspectiva es la manera en que un símbolo adquiere sentido en determinada cultura y para esto es preciso abordarlo de destintas perspectivas. Una primera perspectiva tiene que ver con la condición en que se producen, el contexto específico, la historia, la evolución y algo muy importante, las formas de legitimación de un simbolo cultural.
El estudio de la cultura con una idea gramsciana permite verificar las relaciones de poder entre los actores que legitiman y establecen los signos culturales pero sin caer en un determinismo económico como el que reinó en los años posteriores a los estudios culturales.
Un punto importante es que propone diversas formas de abordar la cultura como un signo, con perspectivas de autores que se hermanan con una visión comunicativa de la cultura (Eco por ejemplo). La cultura como organización simbólica y como creación colectiva de identidad tiene que ser estudiada por completo en un proceso que incluya lo económico, lo social y también ciertas "gramáticas" estructuralistas.
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