Este pequeño capítulo de la tan citada obra de Thomas S. Kuhn me parece de gran inspiración para reflexionar sobre el estado actual de las ciencias sociales.
Las crisis refieren a los momentos en que los científicos se confrontan ante la incapacidad del modelo del paradigma dominante a resolver un enigma. Muchas de las “anomalías” de la teoría dominante (sus incapacidades) se llegan a hacer a un lado para considerarlas como casos aislados. No obstante hay otras que persisten y se acumulan con otras, lo cual genera el cuestionamiento del modelo dominante permitiendo la entrada a un nuevo paradigma.
Si bien en el punto de vista de Kuhn, los fenómenos estudiados tienen un gran peso en la crisis del paradigma dominante, la ciencia normal, y la posterior revolución científica, es también un factor de gran importancia la conciencia de esta insuficiencia y la negación de éste paradigma que conllevará a la transformación de igual manera tanto del paradigma como del aparato técnico-metodológico. Kuhn nos indica que esto genera grandes inseguridades en el quehacer científico de una disciplina.
En ciertos casos de anomalías, factores externos a la ciencia tuvieron un efecto muy importante para disparar la crisis. Nos habla de presiones sociales y de la conjunción de hechos históricos que sin duda sientan las bases para desatar transformaciones. Destaca que en tiempos lejanos, la inexistencia de la imprenta, entre otros, retrasaba las crisis científicas en el sentido de que no se conocían las anomalías encontradas por otros o las explicaciones alternativas. Me parece que una de las razones por las que las ciencias en general están en constante “crisis” (algunas más agudas que otras), se explica por esta rápida, y por qué no, frenética, circulación de ideas de los tiempos contemporáneos.
Kuhn considera que el síntoma más revelador de una crisis es la proliferación de teorías, que terminará una vez que la revolución ocurra y comience otro ciclo en el que el paradigma dominante podrá cubrir la explicación de un gran rango de fenómenos. Ahora más que nunca, las ciencias sociales, y en especial hablo desde la sociología, es posible encontrar gran cantidad de modelos de explicación concurrentes, complementarios, fragmentados y especializados. En términos de Kuhn, podríamos explicar esta “perpetua” crisis por la complejidad del objeto de estudio, que no cesa de plantearnos enigmas para los cuales las teorías propuestas se confrontan a anomalías. En la mayoría de casos, el científico de estas disciplinas termina haciendo un “patchwork” de teorías y conceptos, que si no se manejan con cuidado resultan ser disparates incoherentes.
jueves, 3 de marzo de 2011
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