Este texto es claramente una apología a una taza desde el punto de vista estético, particularmente a su asa.
El autor menciona que la taza oscila en un universo entre la realidad y las obras de arte, dado que la taza está constituida por elementos materiales y no es exclusiva, sino que está hecha para cumplir una función obedece a la realidad, sin embargo, la forma estética del asa y como esta se conjuga con el elemento completo y la conexión que se establece entre el objeto y el que lo utiliza, elevan a la taza a un nivel más allá de un simple elemento de cocina.
El asa siempre se compone de elementos sumamente estéticos aunque la taza sea solo una generalidad, las líneas delicadas del asa aportan el elemento bello al objeto.
El asa es la continuidad de la mano de quien la usa, así como la mano es la continuidad que da al asa vida.
viernes, 11 de marzo de 2011
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