viernes, 11 de febrero de 2011

Lo único constante es el cambio.

De la alta



Cuando se lee el texto de Pierre Bordieu de “Alta costura y alta cultura” se puede sentir un ambiente fuertemente dictado por la sociología de la cultura y las ideas de Marx ya que el nos dice que “en el mundo de la alta costura, los dominantes son los que poseen en mayor grado el poder de construir objetos como algo raro; son aquellos cuya firma tiene el precio mas alto” Nos presenta un mundo donde la élite en este caso la alta cultura, los depositarios de la posición dominante y que tienen el “capital especifico” son los que se encargan de moldear al mundo o a su campo de acción estableciendo las políticas y cosmovisión para construir una realidad su realidad.

Para construir se necesita capital, en el caso de la “alta cultura” los capitales que se usan para erigir sus edificaciones desde donde sus escaparates permean a toda la esfera social son el capital cultural, capital social y el capital simbólico; claro está que si se tiene el principal capital que brinda el poder y la capacidad de ejercer poder sobre todas las demás capas de la esfera social, es decir, el capital económico se puede naturalmente influir y manipular los demás capitales.

En el campo donde la moda y la alta costura tienen sus dominios, es notoria la característica que dicta cómo es que se conciben las cosas que generaran y producirán sentido dentro de estas sociedades específicas, es muy común observar dentro de estas esferas que la facción dominante es la que legitima las nuevas tendencias y les brinda su cualidad de “ideal a seguir”, convirtiéndolas inmediatamente en el núcleo de la moda en turno. En el universo de lo efímero nada dura más que un suspiro, es lo que podemos decir acerca de las bases que la moda toma para construir sus pilares que serán los ejes principales entorno a los cuales se apoyará el motor principal de la ideología de la moda que es la lucha perpetua de cada tendencia por perdurar.

Dice Bordieu “la dialéctica de la pretensión y de la distinción que está en el principio de las transformaciones del campo de producción se encuentra también en el espacio del consumo” es decir, uno de los principales motores de la “alta cultura” es la lucha constante por obtener el primer lugar en una carrera sin una meta plausible, lo único que motiva a los participantes de esta carrera es ir en primer lugar siempre, pero este ir en primer lugar, sólo es nada más que eso, “ir” como una política y móvil de vida.


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