sábado, 19 de febrero de 2011

La cola del dragón. El papel de la cultura en la sociedad contemporánea. David Coronado

En este texto se plantean algunas de las implicaciones de un supuesto aumento en la oferta cultural en Guadalajara. El autor considera que el aumento de oferta ha propiciado un consumo cultural que tiene que ver más con el placer y la experiencia íntima que con la búsqueda del prestigio y la distinción social. 


Me parece que el desarrollo del tema en el texto es algo confuso. Aunque se menciona que el artículo buscará clarificar la manera en que la cultura actúa en el consumo de la “alta cultura”, no se específica qué bienes culturales entran en esta clasificación. Por otra parte, algunas afirmaciones no son del todo claras, en un principio se habla de un consumo cuasi masificado de los eventos culturales y en las conclusiones se sostiene que el acceso a la oferta cultural es restringida a una pequeña parte de la población.


Considero que algunos argumentos cobrarían mayor fuerza si fueran sostenidos en evidencia empírica. Por ejemplo, al hablar de que la promoción cultural en Guadalajara ha ocasionado que los eventos que en el pasado no eran viables ahora sean cotidianos, sería conveniente incluir datos que hagan evidente la afirmación. Además, surgen algunas dudas, ¿los eventos son cotidianos para quién?, ¿qué tipo de eventos son?, ¿atienden a la “alta cultura”? 


Así pues, la duda está en si las personas que asisten a los eventos que se ofertan lo hacen porque se pusieron a su alcance o porque independientemente de la accesibilidad pretenden satisfacer el deseo de una experiencia personal. En mi opinión, el consumo cultural de la mayoría de la población de la ciudad aún no se ha visto impulsado por el placer puro y la experiencia personal, sino que por legitimación institucional que aún tiene mucho peso.


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