El sociólogo alemán comienza planteando dos campos de juego: la moda y la cultura, que están sumamente unidas entre sí, es decir que al hablar de moda implica hablar de cultura.
Dentro de cada uno de estos campos, en cada uno de ellos hay un dominante, quien tiene el poder y quien marca lo que se tiene que hacer. Como en la moda, comprar lo último en diseño nos coloca a la vanguardia. También en la cultura, genera un nivel de status el acudir a uno de los mejores conciertos de música clásica o adquirir piezas de los más renombrados artistas y que tienen un valor económico muy elevado.
En cada uno de los campos, quienes imponen la moda son quienes con su poder hacen valer sus ideas, por más malas que estas sean, como diría tal vez Pierre Bourdieu en su escrito sobre la firma Chanel.
Y lo malo de todo esto, aunque parecería normal, los dominantes proponen y nosotros tratamos de alcanzarlos, de imitarlos, dejemos de ser nosotros mismos para convertirnos en personas que ellos quieren que seamos. Todo está a favor de los dominantes.
Y como dice Bourdieu, para jugar este juego hay que creer en la ideología de la creación, el poder decir yo también puedo y no debemos asumir ese papel de dominado donde la salida más fácil es abandonar el juego, aunque sigamos en ese mismo campo.
Muchos de nosotros tomamos esa posición de dominado por el miedo de ser eliminado de este campo. Pero Bourdieu nos recalca que para cambiar este panorama tenemos que enfrentarnos a una lucha incesante para poder cambiar aquellas cosas que el poder nos ha establecido.
Ahora surge la pregunta del millón ¿quién dice qué lo que está a la moda?
Dentro de cada uno de estos campos, en cada uno de ellos hay un dominante, quien tiene el poder y quien marca lo que se tiene que hacer. Como en la moda, comprar lo último en diseño nos coloca a la vanguardia. También en la cultura, genera un nivel de status el acudir a uno de los mejores conciertos de música clásica o adquirir piezas de los más renombrados artistas y que tienen un valor económico muy elevado.
En cada uno de los campos, quienes imponen la moda son quienes con su poder hacen valer sus ideas, por más malas que estas sean, como diría tal vez Pierre Bourdieu en su escrito sobre la firma Chanel.
Y lo malo de todo esto, aunque parecería normal, los dominantes proponen y nosotros tratamos de alcanzarlos, de imitarlos, dejemos de ser nosotros mismos para convertirnos en personas que ellos quieren que seamos. Todo está a favor de los dominantes.
Y como dice Bourdieu, para jugar este juego hay que creer en la ideología de la creación, el poder decir yo también puedo y no debemos asumir ese papel de dominado donde la salida más fácil es abandonar el juego, aunque sigamos en ese mismo campo.
Muchos de nosotros tomamos esa posición de dominado por el miedo de ser eliminado de este campo. Pero Bourdieu nos recalca que para cambiar este panorama tenemos que enfrentarnos a una lucha incesante para poder cambiar aquellas cosas que el poder nos ha establecido.
Ahora surge la pregunta del millón ¿quién dice qué lo que está a la moda?
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