Alta Costura y Alta Cultura
A pesar de que el texto de Bourdieu puede contextualizarse en una sociedad europea en la que las altas clases eran aquellas que poseían un elevado capital intelectual, los ejemplos que otorga pueden aplicarse a la sociedad en que vivimos. Aquella inmersa en ese juego de clases sociales y a su la lucha por posicionarse en un nivel más alto, donde el valor de la firma le confiere un poder al productor y a sus productos, en la que se busca ser el más original, ir a la vanguardia y ofrecer tendencias que en ocasiones no son más que un intento de imitación de otras que se encuentran en otro nivel por el hecho de estar en otra sociedad de otro continente.
La analogía que el autor busca crear entre la moda y la cultura viene a reafirmar eso que a pesar de ser reflexionado por los individuos, se acepta. Aquello que sabemos nos sumerge en ese juego por alcanzar un reconocimiento o un valor, ese papel que intentamos desempeñar y que sabemos nos podría permitir entrar a un campo anhelado, ya sea con nuestras prendas, consumos e incluso pensamientos.
Más que hacer una síntesis de las ideas que Bourdieu plantea, cuyos precedentes pueden encontrarse en el Marxismo. Al leer el texto he intentado que lo que él plantea se aplique a la vida cotidiana y concluyo en que la moda es sólo uno de los elementos culturales que permite visibilizar las tendencias a seguir un patrón impuesto por otros y el intento por pertenecer a otro horizonte. La cultura y la moda así como su conceptualización no son más que el intento de legitimización de lo verdadero y lo valioso, lo digno e indigno y así mantener la dinámica social.
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