La cola del dragón, de David Coronado, expone el papel de la cultura en la sociedad actual, se acerca a la clarificación de cómo actúa la cultura en el consumo de la alta cultura y de las bellas artes. Si consideramos que todas las acciones del hombre materiales o espirituales es lo que llamamos cultura, entonces se puede pensar en que la cultura juega un papel fundamental dentro de la sociedad, ya que ésta es el factor determinante de expresión de un grupo social.
Para las personas la cultura puede significar solamente lo relacionado con las bellas artes: cine teatro, música, pintura, etc., y dejan de lado la cultura popular, no les interesan las tradiciones, las costumbres de los pueblos y ni diario actuar lo conciben como cultural. Cultura es lo que está relacionado a todas las formas simbólicas de comunicación en una sociedad. En tres palabras”Cultura es todo”.
Considero en este sentido que la sociedad adquiere de su entorno las más importantes expresiones de cultura. Todo adquiere valor en la sociedad; necesitamos el reconocimiento de los demás para poder darnos por bien o mal servidos. En el deseo por ser reconocidos y obtener el prestigio, algunas personas asisten a eventos de alto renombre que poco tienen que ver con la cultura popular, más bien son la manifestación de la alta cultura.
De ahí que los consumos culturales se conviertan en personales y personalizados; de acuerdo al status quo de cada persona; así, alguien de la clase media puede asistir a un concierto de x artista de pop y los de la clase alta optan por Pavarotti o por orquestas sinfónicas, que a juzgar por la sociedad son las manifestaciones de la alta cultura; lo que me parece erróneo, considero que son bellas artes a las que todos deben tener acceso. El grado de cultura no se mide por lo que se tiene, sino por lo que se sabe.
La cola del dragón son todas las manifestaciones de la alta cultura, que nos arrastran hacia las prácticas relacionadas a las últimas tendencias; lo que es in, lo que desde esa perspectiva otorga prestigio. De manera sutil y engañosa puede presentarse esa ola que puede terminar por arrastrarnos. La clave dice David Coronado, es tener la capacidad intelectual para enfrentarnos a la cola del dragón. La resistencia a la dominación es pues, el remolino que vence a la posición dominante, lo cual se consigue de una manera aparentemente fácil “repensando la cultura y reflexionando cada práctica humana, lo que realmente es cultura”.
Para las personas la cultura puede significar solamente lo relacionado con las bellas artes: cine teatro, música, pintura, etc., y dejan de lado la cultura popular, no les interesan las tradiciones, las costumbres de los pueblos y ni diario actuar lo conciben como cultural. Cultura es lo que está relacionado a todas las formas simbólicas de comunicación en una sociedad. En tres palabras”Cultura es todo”.
Considero en este sentido que la sociedad adquiere de su entorno las más importantes expresiones de cultura. Todo adquiere valor en la sociedad; necesitamos el reconocimiento de los demás para poder darnos por bien o mal servidos. En el deseo por ser reconocidos y obtener el prestigio, algunas personas asisten a eventos de alto renombre que poco tienen que ver con la cultura popular, más bien son la manifestación de la alta cultura.
De ahí que los consumos culturales se conviertan en personales y personalizados; de acuerdo al status quo de cada persona; así, alguien de la clase media puede asistir a un concierto de x artista de pop y los de la clase alta optan por Pavarotti o por orquestas sinfónicas, que a juzgar por la sociedad son las manifestaciones de la alta cultura; lo que me parece erróneo, considero que son bellas artes a las que todos deben tener acceso. El grado de cultura no se mide por lo que se tiene, sino por lo que se sabe.
La cola del dragón son todas las manifestaciones de la alta cultura, que nos arrastran hacia las prácticas relacionadas a las últimas tendencias; lo que es in, lo que desde esa perspectiva otorga prestigio. De manera sutil y engañosa puede presentarse esa ola que puede terminar por arrastrarnos. La clave dice David Coronado, es tener la capacidad intelectual para enfrentarnos a la cola del dragón. La resistencia a la dominación es pues, el remolino que vence a la posición dominante, lo cual se consigue de una manera aparentemente fácil “repensando la cultura y reflexionando cada práctica humana, lo que realmente es cultura”.
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