El ser humano es un actor social que se constituye de prácticas culturales determinadas por la sociedad de manera convencional. Las acepta y encuentra valor y sentido dentro del espacio en el que se desarrolla. Las costumbres, tradiciones, los hábitos, son los elementos que integran la cultura.
Guillermo Bonfil, explica que el control cultural como la forma de control social en que se afecta la capacidad de decisión sobre los elementos culturales. Este control cultural que tiene connotaciones sociales y no precisamente sólo individuales; no sólo implica la capacidad social de usar un determinado elemento cultural, sino su importancia radica en producirlo y reproducirlo.
Dicho control del que habla Bonfil, tiene que ver con la creación de la identidad cultural o los proyectos de nacionalización única, que buscan que todo individuo reconozca su cultura y logre la resignificación de la misma. En este sentido clasifica las prácticas y elementos culturales de acuerdo con una cultura autónoma, impuesta, apropiada o enajenada.
Ante este planteamiento, es preciso identificar qué tipo de cultura se relaciona con los elementos culturales que forman parte de nuestra sociedad. Si bien es cierto que podemos actuar de manera individual, Bonfil señala que nuestros actos e incluso decisiones están fuertemente influidos por un conjunto social. Y es que pensar en lo propio y lo ajeno, nos lleva a ver la cultura desde el sentido colectivo y no personal.
Sin embargo argumenta que es posible crear una “cultura propia” a partir de los ámbitos de la cultura autónoma y de la apropiada; se ponen de manifiesto las expresiones culturales de acuerdo a la posición que adopte cada individuo. Así, se puede pensar en la posición de amo y del esclavo o dominante y dominado. Eso es lo que interesa aquí, entender cuál es nuestra posición y cómo se comportan los diversos grupos sociales en términos culturales.
Una sociedad puede tener, según el momento histórico de su desarrollo, una cultura de resistencia, una cultura de innovación, o una cultura de apropiación; siendo estos tres momentos dependientes del grado de control de los elementos culturales que tenga una sociedad, ya sean propios o ajenos.
Guillermo Bonfil, explica que el control cultural como la forma de control social en que se afecta la capacidad de decisión sobre los elementos culturales. Este control cultural que tiene connotaciones sociales y no precisamente sólo individuales; no sólo implica la capacidad social de usar un determinado elemento cultural, sino su importancia radica en producirlo y reproducirlo.
Dicho control del que habla Bonfil, tiene que ver con la creación de la identidad cultural o los proyectos de nacionalización única, que buscan que todo individuo reconozca su cultura y logre la resignificación de la misma. En este sentido clasifica las prácticas y elementos culturales de acuerdo con una cultura autónoma, impuesta, apropiada o enajenada.
Ante este planteamiento, es preciso identificar qué tipo de cultura se relaciona con los elementos culturales que forman parte de nuestra sociedad. Si bien es cierto que podemos actuar de manera individual, Bonfil señala que nuestros actos e incluso decisiones están fuertemente influidos por un conjunto social. Y es que pensar en lo propio y lo ajeno, nos lleva a ver la cultura desde el sentido colectivo y no personal.
Sin embargo argumenta que es posible crear una “cultura propia” a partir de los ámbitos de la cultura autónoma y de la apropiada; se ponen de manifiesto las expresiones culturales de acuerdo a la posición que adopte cada individuo. Así, se puede pensar en la posición de amo y del esclavo o dominante y dominado. Eso es lo que interesa aquí, entender cuál es nuestra posición y cómo se comportan los diversos grupos sociales en términos culturales.
Una sociedad puede tener, según el momento histórico de su desarrollo, una cultura de resistencia, una cultura de innovación, o una cultura de apropiación; siendo estos tres momentos dependientes del grado de control de los elementos culturales que tenga una sociedad, ya sean propios o ajenos.
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