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| Dragón "culturalero" del tianguis cultural |
El texto de Coronado habla acerca de tres acepciones de lo que se entiende por cultura o que se toman como consumos culturales. Lo primero se entiende como la cultura "popular", el arte y los espectáculos. El autor sostiene que en todo el mundo , incluyendo la ciudad de Guadalajara, se están llevando a cabo un mayor número de eventos culturales (no sostiene esta información con cifras) pero se corre el riesgo de generar una confusión entre los que puede generar ya que no se cuenta con un verdadero plan. Se comprende que el gobierno tiene una división a la que llama Secretaría de Cultura, muy a pesar de que los que ahí laboren no tengan una idea clara de lo que significa cultura. Al no definirse exactamente a qué se dedican, parecen perder el sentido de una meta concreta y confunden todo el espectáculo con la cultura y todo el arte con el espectáculo.
En cierta manera se puede entender la vieja discusión acerca de lo que es la cultura popular o baja y lo que es la alta cultura. Solamente que en vez de discutir directamente, Coronado da una serie de citas acerca del arte y la obra creativa, de los procesos de creación que son una fusión del Eros y el Tánatos. Es por ésta razón que de repente el texto se vuelve confuso y no encuentran los pies o la cabeza de sus argumentos.
La metáfora final (aquella de la cola del dragón y las olas del mar) es tan fallida que se lee forzada.
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