viernes, 1 de abril de 2011

Reporte de lectura Featherstone

Reporte de lectura: Cultural Production, Consumption, and the Development of the Cultural Sphere.

Autor: Mike Featherstone.

Alumna: Yael C. Dansac Rivera

Maestría en Ciencias Sociales, Universidad de Guadalajara.

El articulo revisado examina el consumo cultural entre las distintas clases sociales y a partir de las esferas culturales que conviven en el mundo social. El autor hace un repaso n los tres siglos anteriores para conocer como se consumía la cultura según la clase social de los individuos.

Considero que hasta la echa esto es visible, como ejemplo el FICG, un festival de cine sumamente elitista donde los productos culturales están destinados a un público específico, a pesar de a enorme publicidad que se le da para que sea consumido por diversas clases sociales en la ciudad. Resulta evidente al platicar con gente que poco o nada sabe de cine de arte, que dicho producto no esta destinado para todos sino para la clase alta. Este festival es muy diferente a la FIL, donde todos pueden entrar y acceder, donde la multiplicidad de estratos sociales es evidente ya que en dicho evento conviven tanto escolares provenientes de escuelas publicas como de colegios, jóvenes, viejos, señoras amas de casa e intelectuales.

Estos eventos dejan muy claro que en la sociedad contemporánea existe esta esfera de alta cultura donde hay eventos públicos que intentan llegar a la masa pero tiene barreras (económicas, lingüísticas y sociales) que les impiden a dichas masas llegar esto, discriminando el consumo cultural de las personas.

A final de cuentas se puede decir que cualquier discusión sobre consumo cultural deja claro que la mercadotecnia y las ganancias inciden en las decisiones del público o la audiencia a la cual están destinados los productos. Cada vez resulta más evidente que la cultura no es para todos, hay distintos tipos de eventos culturales para distintos tipos de personas.

¿Acaso es malo esto? Ese es un punto muy discutible, ya que la cultura es un producto de moda que se consume según las tendencias (recordemos cuando estaba de moda leer El codigo Da Vinci de Dan Brown y veíamos a dos de cada veinte personas en el autobús con ese libro bajo el brazo, cuando por lo general solo una de cada cincuenta personas que vemos en la calle va leyendo un libro en el transporte público) y que sirve para cubrir una necesidad en la sociedad.

Además de esto, al diferencia entre artista-intelectual y la gente que no lee ni asiste a eventos culturales es tajante, las diferencias son muy grandes entre a quien le interesa el producto cultural y a quien no. Para las personas que no son intelectuales es probable que los productos culturales no incluyan cine, libros ni teatro; podríamos encontrar otros productos mucho más cotidianos y populares que para ellos conforman culturas.

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