jueves, 7 de abril de 2011

"Cultivemos la Diferencia: La lógica de la Distinción"

Cultivemos la diferencia La Lógica de la distinción

El autor nos muestra una arista diferente a las que hasta ahora se habían analizado en el curso, la cultura como modelo dominante frente tanto en su estructura interna como frente a otras culturas. La representación del mundo por parte de los integrantes de una cultura y su reproducción de generación en generación con mutaciones insignificantes (en su mayoría) construyendo imaginarios colectivos.

Se advierte la diferenciación que se lleva cabo a para designar cultura intelectual (la cual también se conoce como cultura general) y cultura de masas la cual se refiere la producida por las industrias culturales a través de los diversos canales o medios de comunicación, logrando un concepto más elevado, en tanto que comprende más características en para ser definido.

Regresa el tema de las subculturas, las cuales tienen como eje o raíz el sistema cultural dominante, pero diversas representaciones en ciertos aspectos focalizados en su concepción de mundo particular. Asimismo la contracultura como oposición a la cultura dominante. El concepto de capital cultural define a aquella maquinaria capaz de lograr que ciertos gustos, apreciaciones o desprecios hacia ciertas expresiones sean anclados en la sociedad como aceptables o reprochables.


La cultura dominante ha pasado por un largo proceso para lograr su aceptación, pero una vez realizada se convierte en un proceso de reproducción para los integrantes de una sociedad. Las “luchas de Clasificación” son ese intento por legitimar nuevos imaginarios culturales, darle sentido a algo que no es reconocido por la mayoría y lograr que sea aceptado como algo socialmente aceptable dentro de una cultura.

El término violencia simbólica ha sido muy rescatado por los estudios de Género, considerando que describe de manera clara el por qué de la reproducción de sistemas de dominación hombre-mujer. Es decir, en un sistema patriarcal tan interiorizado, lo correcto en términos culturales está sentado y cuesta mucho trabajo percatarse de algo que se presenta como normal. Y las instituciones contribuyen a su reproducción a través de propaganda o “ritos “que son reproducidos y generalizados en corto tiempo.